2b - Práctica de los principios de aprendizaje
Los principios del aprendizaje en la práctica
Anteriormente, conociste los cinco principios básicos en los que se basan todos los métodos de aprendizaje de idiomas que tienen éxito, incluido el Método de Traducción Bidireccional.
En este vídeo, te adentrarás en cada uno de estos principios y conocerás la historia de cómo Luca descubrió cada uno de ellos a lo largo de décadas de aprender idiomas.
Práctica de los principios de aprendizaje
Bien, ha llegado el momento de profundizar en los ya famosos cinco principios, y que serán los fundamentos de cualquier método exitoso de aprendizaje.
Estos serán los mismos principios que sigue mi método de traducción bidireccional, y que por eso lo hace tan eficaz.
Empezamos.
Principio número 1: Aprende todos los días
Si existe un pequeño secreto para el éxito, es este: aprende a diario, y de forma constante durante un largo periodo de tiempo.
Si puedes hacer esto, entonces alcanzar la fluidez en un idioma no será solo probable, sino inevitable.
Una rutina diaria y consistente de aprendizaje puede traer consigo increíbles beneficios.
De hecho, si aprendes algo todos los días, das a entender a tu cerebro que aprender eso es algo verdaderamente importante para ti. Cuando tu cerebro percibe que algo es importante, entiende que es necesario para tu supervivencia.
Sin embargo, sólo porque algo es importante, no significa que automáticamente lo vas a hacer todos los días. Algunas veces, la vida se interpone, dejando de lado las cosas importantes por otras más urgentes. A veces, dejamos que nuestra falta de motivación gane, y en nuestro caso concreto dejamos aparcado el estudio de un idioma..
Para evitar estos problemas tan comunes, necesitas un horario semanal, con tareas diarias que reflejen esas metas semanales.
Tener un plan semanal con tareas diarias, te ayudará a alcanzar 2 objetivos:
Conseguirás sacar tiempo todos los días para aprender idiomas, aún cuando estés ocupado o te sientas abrumado. y
No tendrás que esperar a que "la motivación llegue" para ponerte a estudiar.
Especialmente este segundo punto es muy importante. En general, pensamos que la motivación debe venir antes de actuar, pero la verdad es que es todo lo contrario.
Si tú consigues superar esa fricción inicial, o sea, si te comprometes a estudiar por ejemplo solo cinco minutos, aunque no tuvieras ninguna gana de hacerlo, descubrirás que a menudo te vendrá esa motivación que hará que estudies no solo esos cinco minutos sino incluso hasta completar la sesión que tenías asignada para ese día. Como dice el dicho: “Comer y rascar, todo es empezar” - Es decir, la motivación se genera actuando.
Ahora bien, hablando de la duración en las sesiones de estudio, no te pienses que se trata de "todo o nada". No tienes que aprender durante cinco horas al día, ni dos horas al día, ni siquiera una hora.
Como recomendación general, estudia al menos durante 30 minutos cada día. Se trata de un periodo de tiempo lo suficientemente corto como para que incluso las personas más ocupadas puedan incluirlo en su agenda, al tiempo que es el mínimo aceptable para poder progresar de manera satisfactoria.
Sin embargo, si un día concreto no puedes encontrar ni siquiera 30 minutos para una sesión de aprendizaje, es importante recordar que siempre es mejor algo que nada. Incluso cinco minutos de aprendizaje concentrado pueden tener sus beneficios.
Te lo repito otra vez para que quede bien claro: lo más importante es aprender TODOS los días. Aunque te parezca mentira, la cantidad de tiempo que le dediques al aprendizaje no es tan importante como el hecho de hacerlo todos los días.
El aprendizaje de idiomas es un maratón, no una carrera corta, así que si puedes mantener esa frecuencia diaria de aprendizaje, conseguirás la energía necesaria para llegar a la línea de meta.
Principio 2: Aprender de forma holística
Los intérpretes de conferencias tienen uno de los trabajos lingüísticos más difíciles del mundo. Cuando escuchan a alguien hablar en una conferencia o en un evento internacional, deben ser capaces de traducir instantáneamente ese idioma en su cabeza, y luego decir la traducción en voz alta en su lengua materna u otro idioma.
No hace falta decir que estos intérpretes están muy cualificados y que su conocimiento de sus lenguas de trabajo es impresionante.
Sin embargo, un día, hablando con el director de una escuela de interpretación de conferencias, me enteré de un hecho sorprendente.
La directora era francesa de nacimiento, y una de sus principales lenguas de interpretación era el alemán. Esto significa que tenía que ser capaz de traducir simultáneamente cualquier discurso desde el alemán al francés.
A pesar de que era muy, muy hábil en la interpretación de discursos desde el alemán, reveló -para mi gran sorpresa- que era completamente incapaz de hablar alemán, ni tenía ningún interés en hacerlo.
No se trataba de un defecto suyo, sino de una elección consciente que ella y muchos otros intérpretes de conferencias suelen hacer: concentran todas sus habilidades en ser capaces de entender sus lenguas de destino, sin necesariamente hablarlas.
Esto revela una verdad incómoda: las habilidades lingüísticas (hablar, escribir, escuchar y leer) no se "trasladan" automáticamente entre sí. Si todo lo que haces es leer, "sólo" te conviertes en un buen lector. Si todo lo que haces es hablar, "sólo" te conviertes en un buen orador. Y así sucesivamente.
Siguiendo esta lógica, para poder hablar, escribir, escuchar y leer bien, hay que dedicar tiempo a desarrollar cada una de estas habilidades a diario o semanalmente.
No es necesario que dediques una cuarta parte de tu tiempo disponible a cada una de las 4 habilidad todos los días, pero sí que te asegures de practicar cada área de forma constante.
Aquí podemos ver un ejemplo de enfoque de aprendizaje holístico: en el transcurso de una semana, podrías dedicar el 40% de tu tiempo de aprendizaje a la lectura, el 30% a la escucha, el 20% a la expresión oral y el 10% a la escritura. Míralo de esta manera: para desarrollar un físico proporcionado y en forma, necesitas entrenar todas las áreas clave, en lugar de sólo una o dos.
Afortunadamente, si trabajas con constancia las cuatro habilidades, descubrirás que se refuerzan mutuamente: tu lectura beneficiará tu comprensión, tu habla beneficiará tu escritura, etc. Pero esto se debe a que realizas estas actividades de forma conjunta, y no de forma aislada.
Principio 3: Alterna tus actividades
¿Has aprendido alguna vez a jugar al tenis?
El tenis, como cualquier otra habilidad, no es más que una gran colección de muchas subhabilidades más pequeñas.
Por ejemplo, para golpear bien la pelota, hay que desarrollar un buen drive, un buen golpe de revés y también la capacidad de volear.
Si te estás iniciando en el tenis, puedes optar por practicar estas habilidades en "bloques", una tras otra. Tal vez pases una o dos semanas practicando sólo tu drive, luego otra semana practicando sólo tu golpe de revés, y el resto de tu tiempo trabajando principalmente en tus habilidades de volea.
Aunque este enfoque de "bloques" no tiene nada de malo, los estudios han demostrado que hay una forma más eficaz de aprender conjuntos de subhabilidades relacionadas en cualquier ámbito: intercalar las habilidades.
Para aprender habilidades de forma intercalada, basta con rotar entre ellas a intervalos cortos. En lugar de dedicar una semana completa al drive, una al golpe de revés y una a la volea, respectivamente, un tenista que practique de forma intercalada podría practicar cada subhabilidad varias veces al día.
Las investigaciones neurocientíficas han demostrado que intercalar actividades de este modo ayuda a reforzar los vínculos entre las distintas subhabilidades y, a la larga, permite dominarlas con mayor flexibilidad y adaptabilidad.
Aplicar la práctica intercalada a tu aprendizaje de idiomas es relativamente sencillo de entender: a lo largo del día y de la semana, todo lo que tienes que hacer es alternar periódicamente entre actividades de escucha, lectura, habla y escritura.
He aquí un ejemplo de comparación entre los horarios de aprendizaje de idiomas "basados en bloques" e "intercalados":
Te presento a Juan. Está aprendiendo alemán. De lunes a viernes, en su fase inicial de aprendizaje de idiomas, se dedica a estudiar todos los días de la misma manera.. John está aprendiendo con el enfoque "basado en bloques".
Ahora, te presento a Lucy. Ella también está aprendiendo alemán. Sin embargo, a diferencia de John, Lucy practica su alemán de diferentes maneras cada día: un día escucha y lee simultáneamente, al día siguiente escribe, al día siguiente sólo escucha el audio, y así sucesivamente. Lucy está aprendiendo con el enfoque "intercalado".
Al final, tanto John como Lucy dedican el mismo tiempo a aprender. Sin embargo, las habilidades de Lucy crecen más rápido que las de John, y Lucy se empieza a sentir más cómoda usando el idioma mucho antes. Además, John tiene dificultades con el vocabulario y la pronunciación, mientras que las habilidades de Lucy en cada área crecen constantemente, con el tiempo.
Un último apunte: aunque hablar, escribir, escuchar y leer suelen considerarse las cuatro destrezas principales de la lengua, eso no significa que no haya más subhabilidades que se puedan intercalar. Dentro de cada habilidad principal, encontrarás otras subhabilidades que también puedes intercalar regularmente.
Si quieres mejorar tu capacidad de lectura, por ejemplo, puedes practicar:
El mejorar la velocidad de lectura, leer un texto en voz alta o leer de forma extensiva (es decir, leer un texto muy largo, pero sin detenerte a buscar el significado de las palabras que no entiendes)
Al intercalar tus actividades, se crean conexiones más sólidas entre cada subhabilidad, de modo que la práctica holística que llevas a cabo, acaba volviéndose más cómoda y automática.
Principio 4: Distribuye tus actividades
Nuestro siguiente principio es bastante similar al precedente, pero en lugar de intercalar las actividades que realizas, intercalas cuándo las realizas.
Desgraciadamente, esto no es algo que solemos aprender en la escuela. En clase, normalmente se nos presentan varias unidades de contenido a lo largo del año, cada una dedicada a un tema diferente. En una clase de idiomas, por ejemplo, puedes aprender sobre "viajes" una semana, "familia" la siguiente y "compras" la siguiente.
Esto puede parecer una buena estrategia, pero el problema es que, al final del curso, probablemente sólo recordarás los últimos temas aprendidos. Todo lo del principio del año escolar se olvida, simplemente porque ha pasado mucho tiempo.
El problema es que nuestro cerebro no está hecho para memorizar cosas en poco tiempo. En cambio, las investigaciones han demostrado que la memoria humana funciona mejor cuando la misma información se repasa de forma gradual e intermitente durante un largo periodo de tiempo.
Por eso, por ejemplo, es mejor aprender durante 30 minutos todos los días, en lugar de dos horas dos veces por semana. El tiempo total de aprendizaje es casi el mismo, pero la exposición gradual y repetida ayuda a que el horario de aprendizaje diario genere mejores resultados.
Y esto es lo que ocurre con esa exposición gradual y repetida: ¡lo respalda la ciencia!
De hecho, los programas de aprendizaje más eficaces seguirán los principios de la repetición espaciada, que es una técnica de aprendizaje desarrollada por un psicólogo alemán llamado Hermann Ebbinghaus.
En pocas palabras, los principios de la repetición espaciada te permiten aplicar una fórmula para repasar repetidamente cualquier información a lo largo del tiempo, y memorizarla de manera muy eficaz a largo plazo.
En esto se basan los programas de tarjetas de memoria como Anki y Supermemo, y también utilizamos los mismos principios en la BDT.
Principio 5: Adquiere habilidades, no sólo conocimiento
Solemos decir "Es como montar en bicicleta: ¡nunca se olvida!".
Y eso es cierto: una vez que se sabe cómo montar en bici, nunca se pierde realmente la habilidad.
Sin embargo, deja que te haga esta pregunta:
Si te pidiera que escribieras una descripción meticulosa, paso a paso, de cómo se monta en bicicleta, ¿crees que podrías hacerlo?
Probablemente no. Tu descripción probablemente omitiría un montón de pasos que das por sentado.
¿Cómo es posible? ¿Cómo es posible que sepas montar en bicicleta pero no seas capaz de describir exactamente cómo lo haces?
La respuesta está en la diferencia entre dos tipos de memoria: la memoria declarativa y la memoria procedimental.
La memoria declarativa rige los conocimientos factuales, como tu nombre, los resultados deportivos de anoche y quién inventó la repetición espaciada (Ebbinghaus, ¿recuerdas?)
La memoria procedimental, por otro lado, rige las habilidades, como montar en bicicleta, conducir un coche y, sí, aprender un idioma.
Cuando ibas a la escuela, casi todo lo que aprendías te lo enseñaban como si fuera sólo conocimiento factual, incluso los idiomas.
Por ejemplo, es posible que en la clase de idiomas te hayan enseñado a memorizar listas de palabras, sintaxis y tablas de conjugación.
Pero la lengua no es eso, o por lo menos, no solo eso.
Un niño, por ejemplo, no tiene ni idea de lo que es la "primera persona del singular". Sólo sabe que cuando quiere algo, tiene que decir “(yo) quiero”.
Ese mismo niño no tiene ni idea de lo que es un sustantivo, un verbo o un adverbio y, sin embargo, los utiliza miles de veces al día.
Lo que el niño sabe no es el conocimiento factual del lenguaje, sino que desarrolló la habilidad del lenguaje.
Cuando estabas en la escuela, no aprendiste la habilidad del lenguaje, sino el conocimiento factual.
Para aprender bien un idioma, hay que dar la vuelta al guión y empezar a dar más importancia al desarrollo de tus habilidades lingüísticas frente al conocimiento de los hechos individuales (como vocabulario o reglas de gramática).
En cierto sentido, hay que aprender como lo hace un niño, y utilizar la lengua para comunicarse, experimentar con ella y aprender constantemente de los errores.
Si puedes hacer eso, entonces vas a hablar con fluidez. Estoy seguro de ello.
Bien, hasta aquí los cinco principios clave del aprendizaje. Pronto podrás ver cómo funcionan todos juntos en el contexto del Método de Traducción Bidireccional.
¿Estás emocionado? Porque yo sí.
Pasemos al siguiente módulo.
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